publicado a la(s) 30 nov 2012, 10:33 por Admin Comuna 10
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actualizado el 9 dic 2012, 8:51
]
Por Carlos César
Arenas UrregoHoy hago un alto en el camino. He
tenido que hacer una pausa para descansar en la plazoleta de la Estación Prado del Metro y
aprovecho para observar la inseguridad del sector, en todos sus aspectos.Estoy sentado en una de las bancas de
cemento, disfrutando de la fresca brisa que se genera a las cuatro de la tarde.
Pero, todo no es color de rosa. Llega hasta mi olfato el desagradable olor del
humo de cigarrillo, mezclado con el aroma agreste de marihuana que pasan como
una estela fantasma. Debo de seguir mi camino pero me quedo. Mientras recupero
el aliento, observo a mi alrededor un ambiente que no debería existir. Este
lugar, debería ser para el descanso y el goce de la naturaleza que nos diera la
oportunidad de desconectarnos del trajín y del estrés generado por la ciudad.
Me refiero a los kioscos con música, a todo volumen, de bares y cantinas
alrededor de esta plazuela, con personas consumiendo licor, sentados en las
bancas y muros de los jardines. Son generadores de más contaminación, como si
la de los pitos, el humo y los motores de carros y motocicletas no fuera
suficiente.AYER Y HOY Hago un paralelo del sector, de lo que
es hoy, y lo que fue hace treinta años atrás cuando no existía el viaducto del
metro. Ha cambiado el paisaje, ya que lo que ha llenada todo este espacio es el
viaducto del Metro, que en su momento de construcción se decía que
transformaría todo este sector con zonas verdes, sitios agradables de
esparcimiento y seguros.Los cambios han sido bastante notorios.
La prostitución que se ejercía en las casas de citas, está regada por todas
estas calles y bajos del viaducto al aire libre. La delincuencia es peor, por
el aumento en la población o por que el sector se facilita más con el abrigo
que brinda el viaducto, con sus columnas. Los otros cambios, son el paisaje
colorido que se observa a diario con las ventas de legumbres, frutas entre
otros artículos que se ofrecen en carretillas y puestos estacionarios. Toda una
micro minorista o un pequeño “Pedrero”, nombre con el que se le denominaba a la
antigua plaza de mercado que estuvo donde hoy es el “Parque de las Luces” y la
biblioteca EPM.Todo esto, ha invadido las aceras que
deberían ser para los transeúntes, quienes tienen que exponer su integridad
caminando por la vía con el peligro de ser arrollados por un carro, lo que hace
que las personas no quieran llegar a este sector.BAJO EL METRO Otro de los factores de inseguridad
del sector se da con el expendio y consumo de “Sacol”, de menores de edad,
desde las ferreterías. Además, la venta y consumo de alucinógenos, dando paso a
una cantidad de actividades que llevan a la descomposición del sector,
formándose un círculo vicioso permanente.Y tocando lo que tiene que ver con el
Metro. Este ha sido mal vecino para el sector, en especial por los negocios expendedores
de licor bajo el viaducto que no disponen de orinales. Esto lleva a que sus
consumidores se orinen en las columnas dando igual oportunidad a los habitantes de calle
a defecar en estos mismos sitios. A esto le sumamos todos los desperdicios que
dejan los venteros de frutas y verduras, olores peligrosos para la salud
humana.Otro aspecto es el comercio del
reciclaje, bajo el viaducto del metro, a partir de las cinco de la tarde desde
el hotel Nutibara hasta la calle Bolivia, convirtiéndose en riesgo de ser
atropellado todo el que transite por esa acera.SOLUCIONES EN Presupuesto Participativo En el mismo sector, al dialogar con
Nelson Barrientos, líder y representante de una organización, nos cuenta parte
de las soluciones propuestas en el Presupuesto Participativo (P. P.), que se
han intentado desde años atrás: –Desde hace un tiempo, se llevó a cabo
una propuesta desde el Presupuesto Participativo llamada “Medellín sin orines”.
Se instalaron dos orinales móviles que permanecen durante el día pero en la
noche no hay control de esto. –A través de P. P. se tramitaron
recursos para montar escuelas de seguridad y capacitar a los comerciantes,
creando comités de seguridad formando una red de comunicación. Se consiguieron
radios de comunicación, conectados a la policía para hacer mucho más fácil el
accionar de la policía. Se solicitaron cámaras de seguridad que nunca llegaron.
––En vista que con los recursos de P. P. no se dieron, se acudió a otra instancia,
como fue por recursos ordinarios, a través de
la Secretaría
de Gobierno, para que se instalaran estas cámaras en todo el corredor de Bolívar;
equipos que no se instalaron y que sería de mayor utilidad para identificar a
los infractores y mejorar el accionar de la policía ya que esta problemática se
está extendiendo de dos a tres cuadras a la redonda. Desde el sector Los Puentes
hasta la Avenida
de Greiff, y desde Cúcuta hasta Ecuador, siendo este un cuadrante álgido para
todo este tipo de delitos, terminó expresando Nelson.Y mientras reanudo mi
marcha, les hago una aclaración. Toda esta problemática que he narrado no se
observa y pasa desapercibida cuando vamos montados en un vagón de la cultura
metro a 80 kilómetros
por hora. Nos deleitamos con la panorámica de la ciudad sobre los techos de
todo este sector. Concluyo con una propuesta que ha de tener una mayor
incidencia para las autoridades tanto gubernamentales como de policía. Es
urgente la seguridad del sector como parte de la recuperación del Centro. En
este sector, incluyendo las Plataformas de los Bazares de los Puentes, existen más
de mil comerciantes informales, de los casi dos mil comerciantes que se tienen
para el plan de recuperación. Por eso, se necesita mayor presencia de fuerza pública
para hacerle frente a la problemática social que en este sector se presenta.
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